Hoy quería retomar una de las señas de identidad de este blog, que son los cuentos y los artículos de producción propia. Estos escritos de hecho están reunidos en su propio apartado del blog y tienen su propio lugar en una de las pestañas superiores de la página principal.
Aquí os dejo un microrrelato que he escrito y que publico aquí sin más afán que compartirlo con vosotros. Se titula "Saltar al vacío"
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"Saltar al vacío"
Estaba a punto de saltar al vacío. No quería seguir llevando aquella vida arrastrada por más tiempo. Una de los motivos que más le empujaban a saltar, era la absoluta dependencia que tenía de sus padres. Nunca les había confesado a ellos lo que odiaba esta dependencia y había tragado muchos sapos.
Otra cuestión que no podía soportar ya por más tiempo, era el hecho de que sus padres no le dejasen salir nunca y para más inri, que le dijeran constantemente que tenía mucha pluma.
Por estas y otras razones que martilleaban su cabeza estaba decidido a saltar. Ahora, el viento le golpeaba la cara, la altura era realmente impresionante y sin duda suficiente para matarse. Un solo paso hacia adelante y todo aquello habría acabado. Nunca había sentido tanto miedo en su vida, estaba a aterrado pero por otro lado ya no estaba dispuesto a andarse más por las ramas. Y así fue como, tembloroso, dio ese paso y saltó al vacío.
En el suelo, un niño que jugaba en aquel céntrico parque con su nuevo trenecito, le decía a su madre: "¡mamá!, mira qué bien vuela ese pájaro tan bonito que tiene tantas plumas".
Otra cuestión que no podía soportar ya por más tiempo, era el hecho de que sus padres no le dejasen salir nunca y para más inri, que le dijeran constantemente que tenía mucha pluma.
Por estas y otras razones que martilleaban su cabeza estaba decidido a saltar. Ahora, el viento le golpeaba la cara, la altura era realmente impresionante y sin duda suficiente para matarse. Un solo paso hacia adelante y todo aquello habría acabado. Nunca había sentido tanto miedo en su vida, estaba a aterrado pero por otro lado ya no estaba dispuesto a andarse más por las ramas. Y así fue como, tembloroso, dio ese paso y saltó al vacío.
En el suelo, un niño que jugaba en aquel céntrico parque con su nuevo trenecito, le decía a su madre: "¡mamá!, mira qué bien vuela ese pájaro tan bonito que tiene tantas plumas".
"Saltar al vacío" por Pablo Coria